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“Que tu alimento sea tu medicina”

Seguramente muchas veces debes haber escuchado la frase “Que tu alimento sea tu Medicina, y tu Medicina, tu alimento”. Ésta es una de las tantas frases célebres de Hipócrates, un médico que vivió hace muchísimos años en la antigua Grecia y hoy en día es considerado por muchos como el Padre de la Medicina.

Cuánta verdad hay en esas palabras, ¿no te parece? Yo, por lo menos, cada día me convenzo más de que la alimentación es la base de todo, es lo que determina nuestro estado de salud o de enfermedad.

Veníamos hablando del intestino y la microbiota por lo que no dejaré ese tema todavía; por eso, y haciendo honor a Hipócrates, es que esta publicación trata de aquellos alimentos que son medicina para nuestro intestino, y, en consecuencia, para el organismo en su totalidad.

¿QUÉ ALIMENTOS SON MEDICINA PARA EL INTESTINO?

La verdad es que hay varios grupos importantísimos, pero voy a destacar los que creo que son clave para salud intestinal.

*FIBRA: ésta en general se asocia a la motilidad digestiva. ¿Cuántas veces has ido al médico por estreñimiento y te ha dicho COMA MÁS FIBRA? O ¿cuántas veces has ido por diarrea y te han indicado dieta SIN FIBRA por un par de días?

Bueno, te puedo asegurar que su importancia no radica sólo en eso. Si bien es verdad que el consumo de fibra aumenta el volumen de las deposiciones, por lo tanto, ayuda a regularizar el conocido como “tránsito intestinal”, una de sus funciones más importantes es servir de COMIDA PARA LAS BACTERIAS.

Ya hablé, también, de esos habitantes del intestino que tantas funciones cumplen en el organismo y de lo que pasa cuando están desequilibrados ¿te acuerdas? Síntomas digestivos, respiratorios, cutáneos, enfermedades autoinmunes, crónicas, y más. Y que por eso había que cuidarlos. Bueno, alimentarlos es fundamental, y eso lo logramos aportando PREBIÓTICOS, es decir, determinados tipos de fibras.

Entonces, a partir de ahora, cada vez que consumas alimentos de origen vegetal (la mayoría contiene fibras) piensa en lo felices que vas a hacer a tus pequeños amigos de la microbiota.

Pero ¡OJO! Hay algunas condiciones, como el SIBO (Sobrecrecimiento Bacteriano en Intestino Delgado), en el que la cosa cambia :D. Ya hablaré de esto más adelante, no te preocupes.

*AGUA: el líquido vital por excelencia. Del agua depende que todas las funciones del sistema digestivo, y del cuerpo entero, se realicen de manera adecuada: la digestión, los movimientos peristálticos o intestinales (es decir, cómo van avanzando los alimentos por el tubo digestivo), la absorción de nutrientes, la formación y eliminación de las deposiciones, etc.

Además, un gran porcentaje de nuestras deposiciones es agua, por lo que también influye 100% en nuestra digestión.

¡No llegues al punto de sentir sed! Eso ya indica que estás deshidratado. Trata de incluir agua filtrada (para evitar el cloro que mata nuestras bacterias), hierbas calientes, agua saborizada de manera natural (con cáscaras de cítricos, berries, pepino, menta, etc), limonadas. Todas estas opciones sirven si es que no eres un fan del agua pura. Eso sí… ¡Nada de bebidas ni jugos envasados llenos de aditivos químicos y azúcar o endulzantes artificiales! Ya sabes lo que los procesados generan en nuestro cuerpo y conoces la importancia de llevar una alimentación natural.

*ALIMENTOS FERMENTADOS: ¡hay tantos y todos tan ricos! ¿Sabías que la mayoría de los fermentados nacieron hace miles de años como una forma de conservación de los alimentos? Al no tener refrigeradores, encontraron esta maravillosa forma de mantener la comida, por ejemplo, en viajes en barco de larga duración. Lo que no sabían era que los alimentos adquirían una propiedad que hoy sabemos es tremendamente importante: se transformaban en PROBIÓTICOS.

PROBIÓTICOS: MEDICINA PARA TU INTESTINO

Para que sepas, los probióticos son microorganismos de los mismos que habitan nuestro cuerpo, y los encontramos tanto en cápsulas (hay muchas marcas en el mercado) como en alimentos fermentados “vivos”: yogur, kéfir de leche (yogur de pajaritos) o de agua, sauerkraut (chucrut), kimchi, kombucha, ginger beer, etc.

Algo importante que tienes que saber es que no todos tienen el mismo tipo de probióticos, algunos como el yogur o el chucrut son más ricos en bacterias, y otros, como la kombucha o la ginger beer contienen más levaduras, por lo que no todos los alimentos fermentados son para todas las personas por igual. Si tienes buena salud intestinal, no deberías tener ningún tipo de problema con ninguno así que podrías variar según tus gustos, pero si sufres de algún trastorno digestivo, lo ideal sería evaluar para adaptar el consumo de estos alimentos a tu caso y puedas sacarle todo el provecho. Es decir, para que logres usar la premisa que hace tantos años surgió con Hipócrates “Que tu alimento sea tu medicina”.

¡Hasta el próximo encuentro!

Escrito por:

Alejandra Jofré Bulfi

Nutricionista Integrativa 

Trabaja en Medvida y AmFelen, Chile

IG: @wayna.fitnessynutricion

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